jueves, agosto 17, 2006

Ciclo

Editorial Norma y Libería Eterna Cadencia invitan a usted al ciclo:
Literatura y realidad: ¿de qué hablan las novelas hoy?

Dialogarán:
Miguel Vitagliano y Matías Serra Bradford
Jueves 17 de agosto a las 19

Carlos Gamerro y Oliverio Coelho
Jueves 31 de agosto a las 19.00

Librería Eterna Cadencia
Honduras 5582
Entrada libre y gratuita

miércoles, agosto 16, 2006

Wells

Hijo de una criada y de un jugador de críquet, con una salud frágil, azotado periódicamente por los coletazos de una tuberculosis que lo llevó a pesar, a los veinte años, apenas cuarenta kilos, H.G. Wells fue educado en un hogar humilde. Se desempeñó en distintos oficios hasta hacerse célebre, por accidente, tras la publicación de La máquina del tiempo, novela en folletín que escribió por encargo para el lanzamiento de una revista. Fue, por sobretodo, un hombre de formación científica, interesado en el socialismo, en la filosofía de Spencer y en Darwin. A diferencia de Dickens, con quien compartió más de una circunstancia biográfica, no tuvo un estilo virtuoso, ni el encanto de un storyteller inglés, ni la porosidad estética de su contemporáneo Oscar Wilde. Pero fue de algún modo el inventor de lo que hoy se conoce como ciencia ficción y de ahí su inscripción en la historia: más un precursor que un genio. Consumó en la literatura su anhelo cientificista, y la humanidad le debe gran parte de la posterior superpoblación de marcianos bizarros y viajes al futuro que tanto enriquecieron las pantallas y los comics. Sus principales libros -La máquina del tiempo, La isla del doctor Moreau, La guerra de los mundos, El hombre invisible- fueron best sellers en su época y se transformaron con el tiempo, al igual que los libros de Julio Verne, en clásicos de iniciación. En la Argentina tuvo la anuencia tortuosa de Borges, y Bioy Casares supo homenajearlo con simetrías leves en sus dos primeras novelas. Pero H.G. Wells fue por sobretodo un humanista: siempre del lado de los desposeídos, como su elegante amigo Bernard Shaw, se enfrentó a la moral victoriana de la época, escribió manifiestos socialistas y en ésta veta política -que siempre estuvo vinculada a las fabulaciones de su inventiva- hasta improvisó ensayos sobre la problemática del progreso sin educación.


(Publicado en Perfil Cultura el 13/08)

lunes, agosto 07, 2006

Animales

"La historia de la humanidad está plagada de traiciones. Una sola traición puede torcer el curso de un Imperio o ser el principio de una guerra. Pero la más exótica de todas las traiciones, la especular, la balbuceó Borges en uno de sus ya incontables volúmenes en colaboración, El libro de los seres imaginarios. (Sigue en nación apache...)"




* Publicada en Los Inrockuptibles de agosto.